Ganadores categoría ‘Juntos para innovar’
Para distinguir iniciativas ciudadanas o empresariales que reaccionaron ante la pandemia con creatividad y empuje:
PREMIO
INICIATIVAS CIUDADANAS
«Es inspirador ver cómo la innovación se ha hecho realidad mediante una colaboración emergente durante tiempos difíciles en medio de la pandemia en la que nos encontramos. Atlas Copco está reconocida como una de las empresas industriales más innovadoras y sostenibles del mundo, y para nosotros la inversión constante y permanente en innovación es fundamental. La innovación está en nuestros genes, como también proveer soluciones que contribuyan a un futuro mas sostenible. Es una satisfacción para nosotros y nuestra división de soluciones de energía con sede en Zaragoza, entregar este premio hoy a Coronavirus Makers, por su saber organizarse y trabajar juntos para conseguir ofrecer a la sociedad una ayuda extra en situación de necesidad».
Rosa Mauri Ferrer, Divisional Communications Manager en Atlas Copco.
Desde casa y con la ayuda de impresoras 3D, ciudadanos anónimos se unieron a la lucha contra la pandemia en los peores días de la misma. «La iniciativa ‘Coronamakers’ Aragón fue un movimiento social para intentar que los sanitarios que se enfrentaban cara a cara con el virus tuvieran material de protección que no les llegaba por otros medios oficiales», explica Jessica Redrado, una de las encargadas de coordinar esta iniciativa, cuya labor ha sido reconocida con el premio ‘Juntos para innovar: iniciativa ciudadana’, entregado por Atlas Copco.
«Un grupo de hasta 1.000 personas se presentaron voluntarias para ayudar con lo que fuera posible y, gracias a los ‘makers’ con sus impresoras 3D y a toda la gente que nos ayudó con la logística, que era la parte más complicada teniendo en cuenta que estábamos confinados en casa, conseguimos entregar casi 50.000 pantallas de protección y casi 50.000 sujetamascarillas», explica orgullosa una de los responsables de este movimiento.
Sobre la distinción que acaban de recibir, Redrado destaca: «Supone un reconocimiento que ni siquiera buscábamos. ‘Coronamakers’ Aragón arrancó para ayudar cuando fue necesario y cuando dejamos de serlo y los sanitarios nos informaron de que ya les llegaba material oficial y homologado, dejamos de fabricar EPIs. Todo el reconocimiento que recibimos gracias a los medios e, incluso, de las personas que recibieron esas EPIs hizo que todo el sufrimiento, los dolores de cabeza y las noches sin dormir para conseguir que el material les llegara valiera la pena».
En cuanto al galardón, «no nos lo esperábamos para nada, y nos hizo muchísima ilusión. Es una pena que no hay podido celebrarse una entrega de premios de manera presencial, pero igualmente nos sentimos muy agradecidos porque nos hayan incluido en estos reconocimientos», subraya Redrado.
«Quiero dar las gracias primero a la creadora del grupo original, Esther Borao –actual directora general del Instituto Tecnológico de Aragón (Itainnova)–, y al resto de miembros del grupo de coordinación de Aragón, que sin ellos no habría sido posible: Kevin Fittschen, Álvaro Villa, Rubén Gracia, Lucía Royo, Patricia Heredia, José Ángel Fernández, Patricia Perochena, Antonio Muñoz y Luis Martín. Y también agradecer tanto a título personal como en nombre de todo el grupo de coordinación a todos los voluntarios, ‘makers’ y nexos que nos ayudaron a hacer realidad todo esto», concluye la galardonada.
PREMIO
TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO
«Reconocer el talento de Aragón es reconocer la labor de empresas, instituciones y organismos de nuestra comunidad, donde todos llevamos años invirtiendo valor y luchando para ser un referente a nivel nacional e internacional. Los premios Tercer Milenio reconocen el talento innovador e investigador de Aragón y por eso Ariño Duglass no puede faltar en estos premios, ya que en nuestro ADN está la continua labor de investigación e innovación, fomentando el conocimiento e investigación del vidrio de altas prestaciones a través de nuestra Cátedra propia con la Universidad de Zaragoza».
Raimundo García-Figueras, director general de Ariño Duglass.
Cuando estalló la pandemia, en BSH España fueron conscientes del grave problema sanitario, social y económico que suponía el coronavirus, y decidieron hacer algo para remediarlo: «No se tomó una decisión de apoyo a estas iniciativas de manera planificada y formal como se toman habitualmente las decisiones empresariales, fue una respuesta ágil al movimiento de una sociedad civil que se había empezado a movilizar de forma altruista y colaborativa, sin un análisis detallado de consecuencias, costes, etc.», explica el director de innovación de BSH, José Juste.
Juste destaca el compromiso social de sus empleados, que desde el principio de la crisis colaboraron personalmente en diversas iniciativas, principalmente de fabricación de equipos de protección, como mascarillas o pantallas protectoras. «Como además BSH-Balay es una empresa referente en muchos aspectos, nos empezaron a llegar propuestas y sugerencias de lugares de España. Las atendimos todas, pero nos centramos en aquellas que podíamos ayudar mejor con nuestras capacidades y conocimientos. Por este motivo apoyamos principalmente varios proyectos de ventiladores mecánicos, de los cuales el promovido por Jorge Cubeles, es uno de los más repercusión tuvo en medios», señala.
Esta implicación social, con la creación de un equipo interdisciplinar que se sumó a las iniciativas de desarrollo y verificación de sistemas de ventilación mecánica impulsadas por personas y organizaciones locales, es la que les ha hecho ganadores del premio Ariño Duglass ‘Juntos para Innovar: Transferencia del conocimiento’. «Cubeles había fabricado en su casa un equipo que llamamos ‘Versión 0’, que no era escalable por falta de disponibilidad de componentes médicos en el mercado. Nosotros tuvimos que entender y aprender rápidamente qué era un ventilador mecánico, qué funcionalidad tenía, porque lo más importante era cómo industrializarlo lo antes posible un equipo así con componentes alternativos que hicieran una función similar sustituyendo a los que no se podían conseguir», apunta. «En una semana hicimos dos demostradores que utilizamos para resolver los problemas que surgieron y fabricamos el primer equipo de la que llamamos ‘Versión 1’, que podría ser industrializable en media escala. A los pocos días fabricamos otros 2 equipos más que utilizamos para ensayos de aprobación que hicieron altruistamente en ITA», añade.
Sobre la entrega de este galardón, «nos satisface mucho recibir este premio, pero lo más importante es que reconoce a todas las personas que durante días, de forma voluntaria, altruista y muy intensa, se comprometieron para llevar adelante este proyecto», confiesa el director de innovación. «Muchas empresas han colaborado en la medida en que tienen capacidades, competencias, recursos… y BSH ha sido una más. Puede que nuestra contribución haya tenido más repercusión, aunque tampoco la buscábamos. Creemos sinceramente en la responsabilidad social de las empresas y sencillamente nos pusimos a ello».